¿El agua como combustible?

"Sí, amigos míos, creo que algún día se empleará el agua como combustible, que el hidrógeno y el oxígeno de los que está formada, usados por separado o de forma conjunta, proporcionarán una fuente inagotable de luz y calor, de una intensidad de la que el carbón no es capaz […] El agua será el carbón del futuro." Julio Verne, La isla misteriosa (1874).

Os sonará raro, pero parece que el tiempo acabará dando una vez más la razón al escritor, tan aficionado a imaginar el futuro. El agua, a través de su hidrógeno, podría acabar sustituyendo al petróleo, el "carbón" de nuestros días. ¿No os parece impresionante?

Sí, lo es. No sólo el hecho en sí sino también que se vaticinase con más de un siglo de antelación. Pero, como ya hablamos en el artículo "¡No es sólo ficción!", la ficción literaria nos sorprende muchas veces de esta manera. 

Y aunque el agua no puede sustituir al petróleo, pues en sí misma no es un combustible, es una materia prima de la que puede extraerse el hidrógeno, que sí es un combustible. Por eso el agua, por el hidrógeno que contiene, puede ser una parte importante de la solución a los problemas energéticos del mundo a medio-largo plazo. 

¿Sabíais que el hidrógeno es el elemento más abundante del Universo? Y es también el más ligero. Además es incoloro, inodoro y no tóxico. ¡No contamina! Cuando se quema, lo único que produce, además de energía, es vapor de agua. No genera ningún residuo contaminante. Además es capaz de producir más energía por unidad de masa que cualquier otro combustible conocido. Y por si fuera poco, puede almacenarse. Esto es una gran ventaja, y es lo que lo convierte en un buen complemento de las energías renovables, como la solar y la eólica, que no son regulares en la producción de electricidad pues sólo funcionan cuando hace sol o sopla el viento. 

La lástima es que en nuestro planeta no disponemos apenas de hidrógeno en estado puro, pero sí y en abundancia combinado con otros elementos:  en forma de agua (combinado con oxígeno), en otros compuestos químicos (ácidos, alcoholes...), y en toda la materia orgánica. Es esencial para la vida. Como véis su disponibilidad es casi ilimitada, y es por eso que hay tanta esperanzas depositadas en él como la fuente de energía del futuro.

¿Cómo obtener el hidrógeno?

Para producir hidrógeno, hay que romper los enlaces de las moléculas que lo contienen. ¿Y cómo se consigue eso? Pues aportando  energía. 

Lo ideal es que esta energía sea también limpia y renovable, pero de momento esto resulta bastante caro. Por ejemplo, el hidrógeno se puede obtener a partir del agua, de forma limpia, a través del fenómeno de electrólisis, que seguro que todos conocéis ya. Pero la electricidad es cara, y sobre todo si procede de una fuente de energía renovable también limpia.

Por eso, hoy en día el hidrógeno se produce mayoritariamente a partir de gas natural. Pero el hidrógeno producido a partir de fuentes fósiles es poco limpio y, por no serlo sus fuentes, no es renovable, por lo que en el futuro se usarán probablemente otros mecanismos de producción,  pues los científicos no paran de investigar cosas nuevas cada vez más limpias y eficientes. 

Como véis, vamos por buen camino. Si se continúa con las investigaciones, seguro que llegará pronto el día en que toda la producción de hidrógeno sea tan limpia como su uso para obtener energía, y pueda ser considerado una fuente de energía 100% limpia.  


¡Confiemos en ello!

Para terminar, me gustaría que pudiérais ver el interesante documental que acompaño en el siguiente vídeo, que amplía e ilustra la información que recojo en este artículo, para que comprendáis mejor aún la importancia y posibilidades del hidrógeno.